domingo, 21 de junio de 2015

Domingo 21 de junio 2015
EL REAL MADRID DETROZA AL BARCELONA
                                                   REAL MADRID 100 BARCELONA 80


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Con una agresividad de campeonato, una defensa voraz, un siete de siete en triples, nueve rebotes colosales y cinco recuperaciones ardorosas, el Madrid zarandeó al Barça y Llull coronó su leyenda en 10 minutos que pueden valer una Liga. El primer cuarto concluyó con un demoledor 31-10 en el marcador y un contundente 44-2 en el apartado de valoración. Los azulgrana arrollados por el torbellino solo fueron capaces de anotar tres canastas. En el expediente de Llull: 15 puntos (5 de 5 en triples) y el intangible de ser el cuerpo, el alma, el corazón y las piernas de un equipo que quiere rematar una faena de puerta grande.
Desde la presentación, con el himno en gramola de las mocitas madrileñas, con todos los jugadores que han participado en la temporada implicados en la piña, con Mirotic e Ibaka apoyando a sus excompañeros en la grada en la foto del morbo nacional y con 12.924 devotos del Lasismo llenando el pabellón hasta la bandera, el Madrid se lanzó a imponer su ambición y el Barça, abrumado, fue incapaz de competir en deseo. Los blancos no dieron tiempo a que jugaran las pizarras, devoraron el balón y la pista y noquearon a un rival atolondrado e incapaz de contener la furia de su rival.
Una de las claves del primer encuentro fueron las dos faltas tempraneras de Tomic que acabaron cortocircuitando para el resto de la tarde al jugador azulgrana con más peso en los últimos clásicos. Promediaba 16 puntos, 7,3 rebotes y 23,6 de valoración en los seis partidos de esta temporada anteriores a la final y en el primero de la serie por el título se quedó en dos puntos, cuatro rebotes y -1 en su hoja de servicios. Si apareció, con galones, el madridista más prolífico ante el Barça: Rudy Fernández. Pero el 1-0 no lo puso un hombre sino un bloque sólido. Cinco jugadores del Madrid rebasaron los 12 de valoración frente al arrebato solitario de un excelso Hezonja. A pesar de la exhibición del croata en la apertura, en el segundo encuentro fue Abrines (3m 16s y 0 puntos el viernes) el que se presentó como cabeza de cartel de la rotación exterior del Barça, retocada por la baja de Navarro con la presencia en la convocatoria del francés Edwin Jackson (que reaparecía tras un periplo guadianesco que inauguró debutando en diciembre en el Palau ante el Madrid a los dos días de aterrizar). Ninguno de los tres tuvo presencia en el segundo asalto en el que volvió a triunfar el batallón madridista. En esta ocasión no hubo más clave que la superioridad incontestable del campeón de Europa.
De nada sirvió la metódica aportación de Doellman, el encargado de acaparar la misión anotadora en el conjunto azulgrana con 10 puntos en el segundo cuarto y otros 10 en el tercero. Lo que se jugó a partir del minuto 10 ya no fue un partido de baloncesto, fue una fiesta de reivindicación del Madrid que durante los años anteriores a la llegada de Laso sufrió muchas zurras similares por parte de su enemigo indeleble y tuvo el gusto de atusarse el maillot para la foto antes de la entrada en meta. Pascual reconoció haber vivido el peor momento de su carrera como entrenador tras el 85-59 con el que concluyó el tercer partido de la final de 2012. Aquella fue la segunda mayor diferencia en la historia de las finales ligueras, 26 puntos y cayó finalmente del lado azulgrana. En esta ocasión, los puntos de Rudy y Ayón y el carácter canchero de Nocioni sostuvieron la renta del primer acto y el choque se movió siempre en la frontera de los 20 de diferencia hasta el redondo 100-80 final y el eco de la victoria les otorga tres balas para sentenciar.