EL REAL MADRID SIGUE IMPARABLE
CAJASOL 62 REAL MADRID 97
El Real Madrid demostró
en Sevilla el porqué es actualmente uno de los equipos en mejor forma de
Europa y sumó con muchísima autoridad su octavo triunfo en la
Liga Endesa (62-97) ante un Cajasol al que bajó de la nube en la que se
encontraba tras afrontar este choque con cuatro triunfos seguidos.
Con un pabellón
lleno como hacía tres temporadas que no se veía y con un equipo el sevillano
envalentonado por su gran racha, el Real Madrid pronto demostró todos los
recursos que le presentaban en la capital andaluza con un pleno de siete
triunfos en la Liga y también invicto en la Euroliga.
Los de Pablo Laso, dirigidos por una gran labor de Sergio Llull, se pusieron a las
primeras de cambio con un 2-14 que hizo reaccionar al entrenador del Cajasol,
Aíto García Reneses, para pedir un tiempo muerto y parar el aluvión.
Pese a
ello, la fuerte defensa visitante y la facilidad anotadora llevaron el marcador
a su máxima diferencia, de veinte puntos (7-27) a falta de dos minutos para que
concluyera el primer cuarto.
Pareció
ese guarismo un punto de inflexión, bien por la reacción de los locales o por
algo de relajación en los madridistas. El caso fue que al Cajasol le empezaron
a entrar tiros, lo que también se unió que estuvieron más poderosos en los
rebotes, con lo que los primeros diez minutos concluyeron con una desventaja
local de once puntos (16-27).
El segundo cuarto se
inició con el buen tono del equipo hispalense ante un Real Madrid que se notó
que había bajado su intensidad, hasta el punto de que el Cajasol logró un
sorprendente parcial de 19-2 que
puso el marcador en un 26-29 a
falta de tres minutos para el descanso.
La formación madrileña
no dejó pasar la reacción de ahí, despertó con Llull y Nikola Mirotic tirando
del carro y con dos
triples consecutivo echó por tierra las ilusiones locales, con lo que el
partido volvió a su normalidad, la de la superioridad visitante que llevó al
descanso con diecisiete puntos de ventaja (33-50).
En la
reanudación del partido no hubo ninguna historia, porque el Real Madrid tenía
ya velocidad de crucero, pronto superó ventajas de veinte puntos (35-57, m .23) y al final del
tercer cuatro ya había rebasado la de los treinta (44-77).
Los
últimos diez minutos también sobraron, porque los jugadores del Cajasol sabían
desde hace mucho tiempo que no tenían nada que hacer, solo intentar que el
marcador no fuera demasiado escandaloso (62-97), a lo que contribuyeron los
madridistas para no hacer demasiada sangre.