El Real Madrid jugará la final de la Supercopa ante
el Barça, tras arrasar al Montakit Fuenlabrada por 116-61 en un partido sin
color desde el primer al último minuto de juego.
El favoritismo del Real Madrid era unánime, pero la
tremenda diferencia existente con el Montakit Fuenlabrada en la Supercopa llamó
la atención.
Los jugadores de Pablo Laso salieron muy
concentrados y castigaron los groseros fallos defensivos de sus vecinos del
sur. Si a esto le añadimos el buen tino de Anthony Randolph (2 de 2) y Rudy
Fernández (3 de 3) desde la larga distancia en los primeros 20 minutos de
juego, el 52-21 con el que se llegó al descanso se queda corto.
Laso mantuvo la presión sobre sus jugadores, en
defensa, y el Fuenlabrada de Jota Cuspinera dejó claro que tiene mucho trabajo
por delante.
A los 15 minutos de juego la diferencia era ya de
¡30 puntos!, 45-15, así es que huelga hablar de partido porque no lo hubo.
Los mundialistas del Madrid, Rudy, Nico
Laprovittola, Sergio Llull y Gaby Deck dejaron claro que están más que bien
físicamente, aunque habrá que gestionar la larga temporada que se les avecina.
Laprovittola en su presentación como madridista
dejó claro que no piensa renunciar a su estilo de juego, incluidas ciertas
frivolidades a las que deberán acostumbrarse compañeros y aficionados.
Jordan Mickey también se presentó y dejó buenas
sensaciones. No es una estrella, pero si un gran jugador de equipo que si cuaja
en la plantilla puede dar un buen rendimiento.
La segunda parte sobró directamente. El Madrid bajó
un poco el pistón pero alcanzó los cuarenta puntos de diferencia en el minuto
26.35 (73-33). Y los 60 puntos de diferencia (108-48) a falta de 4 minutos.
Laso repartió minutos entre sus jugadores y Jota
Cuspinera, entrenador del Fuenla, pasó el trago como pudo.
El único interés fue saber la diferencia final y el
añadido de batir dos récords, el de anotación con esos 116 puntos, el anterior,
estaba en poder del Joventut cuando ganó en la temporada 1985-86 la final al
Real Madrid por 104-91.