Sabado 16 de Mayo 2015
REAL MADRID FINALISTA DE LA FINAL FOUR
REAL MADRID 96 FENERBAHCE 87
El Real Madrid volvió a citarse con el Olympiacos en
la final de la Euroliga,
dos años después del infausto recuerdo de Londres, tras someter con autoridad
al Fenerbahce (96-87) en semifinales de ‘su’ Final Four que acoge el
Barclaycard Center, en un partido resuelto en un segundo cuarto memorable
mediante la línea de tres puntos y la hiperactividad de Gustavo Ayón.
Sin embargo, el anfitrión no arrancó bien. Dos faltas rápidas de Felipe Reyes
condenaron al capitán al banquillo y Pablo Laso tuvo que echar mano de Sergio
Rodríguez antes de lo habitual. El canario, en su particular burbuja y ajeno a
la hinchada turca, se estrenaba con un triple sobre la bocina, anticipo del
aluvión que vendría en el segundo cuarto. Por dentro, Ayón barruntaba que iba a
ser su gran noche y se multiplicó rascando cada rebote y anticipándose a las
‘perrerías’ de Vesely.
Y entonces el Real Madrid recordó que practica el juego más espectacular del
Viejo Continente y decidió que esta vez tocaba acribillar desde el perímetro.
Rivers, Nocioni, Rodríguez... Todos anotaron desde la línea de 6,75.
Zeljko Obradovic, el técnico más laureado en la Historia de la Euroliga con ocho
títulos, intentó parar la sangría, pero el juego exterior del cuadro local
seguía de borrachera, aunque una fiesta responsable como exige la prudencia, ya
que los pupilos de Laso alcanzaron el descanso con 20 puntos de renta en el
zurrón (55-35).
¿Se podía pedir más? Sí, que ni Bjelica ni Goudelock lograron despegarse de la
piel la sensación de inferioridad, no por deméritos propios, sino por
imposición de un rival decidido a saldar muchas cuentas pendientes.
Por si alguien dudaba del idilio blanco con el perímetro, tres nuevos triples
de Llull, Rudy y Carroll nada más salir de vestuarios sellaron una renta máxima
de 27 puntos (64-37) y dejaron la semifinal sentenciada. Eran tiros francos que
disparaban el contador de asistencias, caso de Llull (9), el ‘Chacho’ (7) e
incluso Ayón, que se apuntó a un bombardeo.
Pero los chicos de Obradovic, espoleados por los gritos de su técnico y los
espacios que, ahora sí, encontraban Goudelock
(máximo anotador con 26 puntos) y Bogdanovic,
aprovecharon que al anfitrión le atacó una comprensible resaca para apuntarse
un parcial de 3-16 y recortar la desventaja a la mitad (67-53, min. 27). Fue
entonces cuando el Real Madrid dejó de mirarse al ombligo y cortó el conato de
remontada.
El último cuarto se enturbió con las tradicionales ‘cuitas’ de Rudy Fernández y
las faltas antideportivas a Bjelica y Preldzic, dejando un balance final de
cinco eliminados. El Fenerbahce, que no se rindió nunca, mostró orgullo, pero
la fosa a la que le habían arrojado era demasiado profunda y el arranque torero
no dio para más (92-82, min.38).
Otro triple, como no, de Llull redondeó el triunfo local e igualó la plusmarca
histórica de la Final Four,
presagio de buena puntería de cara a la final de mañana, donde espera un
Olympiacos muy crecido tras su enésima remontada ante el CSKA de Moscú.